El comercio exterior está evolucionando, no sólo porque se cuidan las fronteras, los temas económicos, fiscales y aduaneros, sino que se está enfocando en la concienciación del bienestar social, el respeto y cuidado del medio ambiente. Es por ello que las empresas están implementando estrategias sostenibles en sus operaciones, implementando prácticas éticas que las lleven a seguir siendo competitivas, manteniendo una sana reputación y relación con sus grupos de interés.
Así mismo, desde la política pública, esta visión se ha reflejado en los Tratados de Libre Comercio que se firman, por ejemplo el Tratado comercial suscrito entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), en cual además de facilitar y promover el comercio, ahora contempla un capítulo de comercio y medio ambiente; específicamente en el artículo 14.17, que se refiere a la responsabilidad social corporativa (RSC); donde las partes reafirman la importancia de que cada uno de los países fomente el que las empresas incorporen voluntariamente en sus políticas internas los estándares, directrices y principios de responsabilidad social en materia laboral, de medio ambiente, igualdad de género, derechos humanos, derechos de pueblos indígenas y aborígenes y corrupción.
Además, el artículo 24.13, del mismo ordenamiento legal, se refiere a: Responsabilidad Social Corporativa y Conducta Empresarial Responsable; donde se establece la importancia de promover la responsabilidad social corporativa (RSC) y la conducta empresarial responsable, impulsando el que las empresas adopten e implementen mejores prácticas voluntarias de RSC, que estén relacionadas con el medio ambiente y así fortalecer los objetivos económicos y ambientales de la región.
En efecto, se tienen áreas de oportunidad, si bien el T-MEC reconoce la importancia de la sustentabilidad en las operaciones y relaciones comerciales, al ser voluntario el ámbito de la RSE, no se reflejan obligaciones y consecuencias de no cumplir con las instancias.
La relevancia de que los tratados de libre comercio contemplen a la RSE en su articulado, radica en que aquellos que generan operaciones comerciales, busquen que los negocios sean sustentables y sostenibles, implementando estrategias que mantengan bienestar social en su capital humano y comunidad, conserven los recursos naturales del planeta y mantengan una economía sana, todo esto en completo equilibrio, midiendo el impacto en sus operaciones, monitoreando los procesos de cumplimiento y manteniendo un plan de continuidad, de lo contrario, dichas cláusulas serán solo buenas intenciones.
¿Qué pasaría si en las operaciones de comercio exterior se contemplan estrategias de RSE?; se puede pensar que no tienen nada en común, pero cuando mapeamos todo el proceso que nos lleva realizar la operación comercial, se nos olvida que, ya sea que se ofrezca un producto o servicio, existe: mano de obra del capital humano, insumos de producción, impacto de la operación en alguna comunidad, ética en los negocios, entre otros; y todos ellos se recomienda estén alineados a la misión y visión de las empresas.
Los expertos, han comprobado que la práctica de ésta (RSE) contribuye a:
Cuidado y protección del medio ambiente, cuando revisan y mejoran su proceso productivo; por ejemplo, menor generación de CO2.
Bienestar del capital humano, mejorando sus condiciones de trabajo, respetando sus garantías laborales.
Respeto y vigilancia de los derechos humanos; trabajo forzoso en menores de edad, vigilando la cadena de suministro de clientes y proveedores.
Mayor competitividad, ya que los consumidores exigen que las empresas contemplen la RSE en su actividad diaria, prefiriendo consumir productos que tengan esas prácticas, entre otras.
Si bien la RSE no es tema nuevo, ha tomado un gran impacto en la sociedad, ya que el tema ambiental ha dado un gran giro, al estar contaminándolo rápidamente y con menos consciencia de que no existe otro planeta que habitaremos, está resultando una sociedad más enfocada en conservar un medio ambiente limpio, es allí donde las empresas mejoran prácticas operacionales y los consumidores cada vez toman más en cuenta estos temas al momento de tomar una decisión de compra.
Las empresas tienen una responsabilidad con el mundo, partiendo del hecho que la industria extractiva y de comercio consumen recursos del planeta y del mismo modo que los productos tienen etiquetas de uso y de origen; del mismo modo se pretenda tener indicativos de cómo ayudan a reducir su impacto en el mismo planeta.
Finalmente, las empresas alinean su misión y visión con su modelo de negocio, desean crear valor desde el producto o servicio que ofrecen, escuchan a sus grupos de interés, realizando con ellos un plan de acción dependiendo de las necesidades que surgen; sus áreas de sustentabilidad se encuentran en constante mejora, adquiriendo materiales sustentables para realizar su proceso productivo, profesionalizando, valorando y reteniendo al capital humano, mitigando riesgos en su cadena de valor, velando por el respeto a los derechos humanos; es por ello que, la RSE se puede considerar como una actividad nata de las empresas, yendo más allá de una estrategia de negocio.
Sobre la autora invitada:
Mtra. Samantha Lara Sales.
Socia fundadora del Despacho CLC & ASOCIADOS.
Consultora acreditada en Responsabilidad Social Empresarial por el CEMEFI.
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