En el convulso mundo actual, hay una verdad universal: que los líderes empresariales se enfrentan a una complejidad y una ambigüedad cada vez mayores.
Este sálvese quien pueda en los negocios es la excusa perfecta para que muchas empresas hagan de las suyas. Contamos con sobrados ejemplos de prácticas empresariales corruptas, y, sin llegar tan lejos, de negocios irresponsables, donde se desconoce toda apuesta por la creación de valor compartido, y cuyo único objetivo es el reparto de beneficios. Esta visión cortoplacista en los negocios, es la responsable de que en ocasiones no se respeten los derechos laborales, de la falta de igualdad de género, de las muertes por accidentes de trabajo o por negligencia, de las malas prácticas ambientales, y de un largo etcétera.
Llegados a este punto cabe hacerse la siguiente pregunta: ¿Es realmente rentable para las organizaciones que los líderes empresariales no apuesten por la sostenibilidad?
En el Informe Informe sobre la financiación del desarrollo sostenible presentado por el Grupo de Trabajo Interinstitucional sobre la Financiación para el Desarrollo de Naciones Unidas (IATF, por sus siglas en inglés), se recomienda encarecidamente evitar el cortoplacismo. Y se advierte lo siguiente: si las empresas quieren mejorar y promover la sostenibilidad, se necesita inversión, tanto en personas, como en innovación, como en capital físico. La cara B de esta propuesta es que, como todo en esta vida, las inversiones necesitan de un tiempo para dar sus frutos.
Si como líder has decidido dar el salto y te has comprometido con un futuro más sostenible para tu empresa y para el entorno en el que se desenvuelve , ¿por dónde puedes empezar? Te vamos a dar algunas pautas:
Asume un compromiso público, y fija objetivos a largo plazo que vinculen a todas las partes interesadas, con los temas que promuevan la sostenibilidad. Ya sea cero emisiones, ya sea trabajo decente, ya sea cualquiera de los ODS especificados en la Agenda 2030. Y precisamente, la implementación de la Agenda, es ahora debate político y cultural, puesto que sustancialmente, se trata de modificar el anterior modelo socioeconómico basado en el corto plazo y en la economía lineal, para pasar a un modelo circular y a largo plazo que apueste por la subsistencia de la vida en la tierra.
Otra opción es vincular las compensaciones salariales al cumplimiento de determinados objetivos sociales y medioambientales a largo plazo; de esta manera se apuesta por un cultura enfocada hacia lo sostenible.
Apostar por este tipo de iniciativas, implica apostar por un futuro posible para todos. Hoy en día, la tesis de Friedman sigue de rabiosa actualidad: la sostenibilidad es responsabilidad del gobierno corporativo, el cual representa a los accionistas/grupos de interés a nivel de la junta directiva. Sin duda, corresponde a los líderes asumir un papel más activo para garantizar la sostenibilidad social y medioambiental.
Pero la sostenibilidad no es un coto privado de líderes empresariales, el resto de actores tenemos mucho que decir; el activismo en redes nos empodera para decidir con qué empresas queremos trabajar, qué productos consumir, qué servicios integrar en nuestras rutinas, y la empresa sostenible sabe que su éxito depende de su manera de relacionarse y de ser percibido por los grupos de interés. La capacidad de las redes sociales de construir y dañar la confianza es tan grande, que parece ser una fuente de preocupación para los empresarios. De ahí la proliferación de prácticas como el greenwashing, te invitamos a leer de esto en nuestro blog.
Desde Responsabilidad Social con tenedores, creemos y promovemos nuevos estilos de liderazgo responsable, donde el esfuerzo de los líderes se dirija hacia un compromiso firme y real con la búsqueda de lo sostenible y donde se integren estas prácticas en la cultura corporativa, aunque este hecho implique cambiar estructuras, y prácticas arraigadas en la propia idiosincrasia de la organización.
Bibliografía y referencias utilizadas:
Recomendaciones de financiación - Pacto Mundial de NN.UU. España
M. Friedman, «The Social Responsibility of Business is to Increase its Profits», en Ethical Theory and Business, T. L. Beauchamp y N. E. Bowie (eds.), 5ª ed., Englewood Cliffs, Nueva Jersey, Prentice-Hall, 1997, pp. 56-57 (publicado por primera vez en la revista del The New York Times, 13 de septiembre de 1970). https://amzn.to/3BYPH8z
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